Cuando a Diane Sigales le pidieron que diseñase una clase de Biotecnología para el instituto Livingston, en New Jersey, supo que no iba a conformarse con lo mínimo. Descubre cómo usó Diane los laboratorios para darles a sus estudiantes habilidades más allá de los límites de lo que ella misma creía posible.
Diane quería darles a sus estudiantes una verdadera educación en Biotecnología, pero enseguida se vio limitada por los recursos que podía permitirse destinar al laboratorio. Gran parte del abanico de habilidades y del equipo necesarios para enseñar biotecnología requerían mucho más tiempo, presupuesto y recursos de los que suelen disponer los institutos.
Diane descubrió los laboratorios virtuales de Labster y enseguida encontró una atractiva biblioteca de simulaciones de biotecnología interesantes. Implementó Labster como una manera de presentar, practicar y revisar técnicas de laboratorio que, de otra manera, le habrían costado cientos de miles de dólares, y al mismo tiempo consiguió motivar a los estudiantes con lecciones interactivas que los ponían en el lugar de los científicos.
Lo que más me gusta de Labster son las habilidades y los tipos de laboratorios disponibles. No tengo los fondos necesarios para enseñarlo todo, ni tampoco el espacio. De otra manera, jamás habría podido darles esto a mis estudiantes.
Diane no solo pudo aprovechar al máximo el tiempo en los laboratorios gracias a las simulaciones de práctica, sino que también advirtió el gran impacto que tenía en los resultados de aprendizaje de sus alumnos. Le llamó la atención que muchos de ellos recordaban lo que habían aprendido el año anterior, y que citaban escenarios que habían encontrado en las simulaciones. Diane se dio cuenta cuando le llegó un correo electrónico de una persona a la que le había dado clase para contarle que había conseguido un trabajo en el laboratorio de su universidad siendo estudiante de primer año gracias a las habilidades que había aprendido en Labster.
Diane Sigales enseña biotecnología, un curso avanzado dentro del instituto Livingston diseñado para que los niños tengan una vía rápida hacia una carrera en biotecnología.
Lo que más me gusta de Labster son las habilidades y los tipos de laboratorios disponibles. No tengo los fondos necesarios para enseñarlo todo, ni tampoco el espacio. De otra manera, jamás habría podido darles esto a mis estudiantes.
La mayor parte de las veces, les pido a los estudiantes que hagan Labster fuera del aula, como deberes para antes o después de un laboratorio. Darles a los estudiantes tiempo para que exploren en Labster antes de pasar al laboratorio de investigación no tiene precio. Puedo pasar tiempo con cada uno de ellos porque las habilidades, ya las practicaron la noche anterior con Labster.
Cuando los estudiantes hacen un laboratorio, Labster te ofrece un panel de control en el que puedes verlo todo. Puedes saber exactamente qué han hecho bien y qué han hecho mal. Es una herramienta estupenda para saber qué estudiantes necesitan ayuda con qué habilidades concretas.
Los estudiantes pueden hacer cada laboratorio virtual tantas veces como lo necesiten, y eso les da la tranquilidad de que la primera vez que se enfrentan a un problema no es la definitiva para su calificación. Así, pueden aprender de sus errores.
Que los estudiantes se diviertan mientras aprenden es esencial para que dominen de verdad lo que están intentando hacer. Si un estudiante odia tu clase, no vendrá con ilusión, mientras que si experimenta la gamificación de Labster, se implica, se ilusiona y se motiva por aprender, y eso hace que el trabajo del docente sea mucho más sencillo.
Los estudiantes que tengo en el segundo año aún se acuerdan de esas simulaciones. Uno de ellos me envió un correo electrónico después de graduarse. Había conseguido un trabajo en un laboratorio de investigación de su universidad en su primer año, y todo porque no tenían que enseñarle cómo hacer la investigación.
Descubra cómo la plataforma de aprendizaje digital inmersivo de Labster aumenta el éxito de los estudiantes.
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